El timing ideal para una boda que se va a recordar (y no haga bostezar a la tía Conchita)
Organizar una boda no es montar una misa con aperitivo.
ES montar un festival con vestidos espectaculares, emociones a flor de piel y una fiesta final que parezca el backstage de un concierto de Rosalía con barra libre.
Y aquí es donde la mayoría mete la pata: Van tarde, tienen prisas, se olvidan del dj, la madrina habla 20 minutos, los novios comen de pie y la fiesta empieza justo cuando el dj empieza a desmontar.
¿Para evitarlo? Wedding planner. Pero de las que dominan el tempo, como un dj controla el drop. Te presentamos nuestro manifiesto para una boda que ni se atasca, ni se agota, ni se apaga antes de tiempo.
El objetivo es que la gente llore un poquito y luego diga, vamos a celebrarlo!
Aquí es donde la gente empieza a entrar en modo fiesta y donde tu boda empezará a ser un éxito.
Momento esperado para desabrocharse los pantalones y seguir comiendo.
Aquí la wedding planner tiene un papel crucial: cronometrar discursos, cortar monólogos antes del desastre (no hace falta que tus familiares cuenten el primer día que te hiciste pipi en la cama).
Es un momento clave, porque si no se hace bien, tu boda puede pasar de ser algo bonito a la cosa más pesada del mundo.
Evita las fincas, espacios, masías que quieran hacerte pasar por el aro con sus horarios.
Si un dj te dice que no hace más de 3 horas de baile, no es tu dj.
Y si el de la barra libre te dice que a las 3 horas se va, tranquilos, ya os encontraremos en Ebents PlanC unos camareros a la altura de vuestra boda.